La unión económica entre Bélgica, Holanda y Luxemburgo se estableció formalmente en 1944, con la intención inicial de apoyar la recuperación de posguerra entre las tres naciones, que tienen lazos diplomáticos, comerciales y, por supuesto, geográficos muy fuertes.

La Fuerza Aérea Belga se formó oficialmente en 1946, pero ya en 1909 funcionaba como una rama del Ejército Belga. A pesar de esta temprana formación, Bélgica tuvo una fuerza aérea relativamente pequeña durante la Primera Guerra Mundial debido a la falta general de aviones disponibles, a pesar de lo cual la pequeña fuerza contaba con varios ases.

Durante el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Bélgica se equipó de forma similar con sólo una pequeña fuerza de diseños antiguos, que no podían hacer frente a los cazas de la Luftwaffe, mucho más numerosos. A pesar de la rendición del 28 de Mayo de 1940, un pequeño grupo de pilotos Belgas en el exilio operaron con la RAF, volando Spitfires y Typhoons.

En la era de los reactores, Bélgica voló una variedad de famosos ejemplares a lo largo de los años, y actualmente opera varias variantes del muy querido F-16, así como el flamante F-35.

Al igual que Bélgica, la Real Fuerza Aérea de Holanda se formó en 1953, pero funcionó como rama del ejército desde 1913. Como Holanda permaneció neutral durante la Primera Guerra Mundial, su actividad aérea durante este tiempo se dedicó principalmente al entrenamiento y al crecimiento general de la rama aérea.

Durante la invasión Alemana de Holanda en la Segunda Guerra Mundial, la Real Fuerza Aérea Holandesa se vio abrumada por la superioridad numérica de la Luftwaffe, perdiendo todos sus aviones de combate y también la gran mayoría de sus pilotos. Sin embargo, varios pilotos Holandeses escaparon y volaron al servicio de la RAF y la RAAF hasta el final de la Guerra. Los pilotos de las colonias Holandesas en las Indias Orientales resistieron activamente a la fuerza aérea Japonesa, y luego continuaron luchando como parte de la Fuerza Aérea Australiana.

Tras la fundación oficial de la Real Fuerza Aérea Holandesa, las filas de sus aviones de servicio se llenaron con una amplia variedad de aviones Estadounidenses y Británicos, cuyos tipos se actualizaron y mejoraron con el tiempo para adaptarse a las necesidades modernas.