GRADO V: Me 163 B Masa de ráfaga de un segundo: ~ 7.6 kg/s Velocidad máxima: ~ 954 km/h a 4,500 m Altitud máxima: ~ 15,000 m Armamento: ~ 2x 30mm Mk 108

En julio del 44 un minúsculo aparato atravesó una formación de B-17 mientras descerrajaba sus dos armas sobre ellos.  Las torretas eran incapaces de seguirle el movimiento, a duras penas se podía con la mirada. Pese a que ningún bombardero fue alcanzado, el avistamiento heló la sangre a las tripulaciones. Salido de la nada, incapaces de apuntarle bien y demasiado pequeño para alcanzarlo con las armas. Posteriormente los Mustang de escolta sentirían la misma impotencia contra esté interceptor. Tan avanzado para su tiempo resultó este caza, que incluso los primeros reactores palidecían frente a él. De ahí que en el juego haya recibido un BR equivalente a la era de Corea y combata de tú a tú contra esos reactores.
El muy acertadamente llamado Komet, cometa, no fue un proyecto de emergencia, fue el resultado de años de desarrollo, fruto de los sueños de juventud de un genio aeronáutico: el Dr. Alexander Lippisch.  Tras la Gran Guerra entró a trabajar en la Compañía Zeppelin, la prestigiosa líder del sector aeronáutico.  Fue entonces cuando se interesó por los aparatos sin cola y bajo las restricciones del Tratado de Versalles desarrolló y experimentó con distintos planeadores, inicialmente con cola y alas “canard”(con el timón de profundidad adelantado al ala) y también sin cola. Ya en 1928 Fritz von Opel, hijo del famoso fabricante de automóviles y notorio por sus vehículos propulsados por cohetes, quiso hacer también un avión propulsado por cohetes. El Lippisch “Ente” (pato) era ideal. Pese a que quedó destruido tras su segundo vuelo, Opel se afanó en realizar su propio diseño, el futuro de la aviación con motor de cohete estaba en las manos de Lippisch.   
No sería hasta finales de los años 30 en que el diseño que se convertiría en el Me 163 empezó a cobrar forma. El motor elegido tenía la firma de Hellmuth Walter Kommanditgesellschaft, fabricante de las bien probadas unidades RATO.  El dos de enero del 39 Lippisch se unió a la Messerschmitt con todas las ventajas en mano de obra que implicaba, finalizando así el prototipo.  Tras el éxito en las primeras pruebas de vuelo durante 1940, se pasó a trabajar en la siguiente versión: el Me 163A , reutilizando el número de la RLM para el Bf-163. Finalmente volaría por sí mismo el uno se septiembre del año siguiente. El aparato ofrecía unas prestaciones increíbles, poniendo al límite la tecnología de la época y convirtiéndolo en peligroso y poco fiable.  No era un proyecto prioritario y tendrían que pasar dos años más hasta que la versión de combate, Me 163B, estuviese lista para la acción. A todo esto hubo que sumarle algunos meses más para su bautismo de fuego y entrada en los anales de la historia  

Incluso en su BR 8, pocos reactores pueden huir de él, ganarle en trepada o en giro, menos aún en los tres ámbitos. Ni tan siquiera los reactores de mayor BR pueden pasar por alto esté pequeño demonio, so pena de acabar en sus garras.  Aunque difícil de alcanzar, no es tan complicado lidiar con él: la limitada autonomía de seis minutos es su talón de Aquiles. Simplemente hay que evitarlo hasta que se quede sin combustible y será una presa fácil.  De todos modos, un piloto disciplinado puede prever esta situación trepando hasta alta cota y ahorrar combustible planeando a 400 km/h aguardando para pasar a la acción.  El aparato logra sus mejores características por encima de los 5000m, altura que hay que respetar hasta que los objetivos estén por debajo y ventaja que hay que mantener con maniobras verticales. Su estructura es francamente resistente y harán falta sobrecargas extremas para poner en riesgo la célula. Por otra parte, no es recomendable perseguir reactores de alto nivel, es preferible ganar altura y esperar a que finalmente vuelvan. Para el vuelo a alta velocidad es imperativa una tripulación con las habilidades maximizadas, a ser posible graduados como “experten”. Asimismo es importante desbloquear las cintas de munición cuanto antes, para seleccionar objetivos aéreos, a partir de ahí va a gusto del piloto.  

VENTAJAS Y DESVENTAJAS DEL VEHÍCULO:

Al empujar la palanca del motor hasta el tope, el piloto queda aplastado contra el asiento, no por nada el avión llegaba a los 9000m (30,000 pies) en escasos dos minutos. Sus pilotos debían cumplir con una dieta estricta para evitar gases intestinales y eran entrenados en las más altas cimas, una curiosidad que interesará a más de un jugador. Previsto para interceptar rápidamente si todo funcionaba a la perfección, la realidad es que el éxito resultaba improbable y el modelo al final obtendría unos escasos doce derribos confirmados, muy lejos de sus objetivos previstos.

De todos modos, pese a su fracaso como caza, el Komet se convirtió en el aparato más revolucionario jamás creado y cosechó multitud de records. Entre ellos el de ser el primero en superar los 1000km/h y alcanzar su Mach crítico en vuelo a nivel  Fue la inspiración para multitud de aparatos experimentales, los X-1, X-15, incluso el transbordador espacial, beben de su herencia.  El Dr. Lippisch siguió contribuyendo a la industria aeronáutica, trabajando para la Corvair durante la posguerra y sus diseños en ala delta. Este desarrollo acabaría dando lugar a los modelos supersónicos F-102, F-106, B-58, y la base para el Concorde, así como el ya citado transbordador espacial, entre tantísimos otros. Un aparato enano que con su creador cambiaron la concepción del vuelo.

Autor: Joe “Pony51” Kudrna

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